En su libro "A whole new mind", Daniel Pink nos dice que la supervivencia de una
empresa depende hoy de tres cosas:
1) Que sea capaz de hacer algo que los trabajadores de otros países (más baratos) no puedan hacer,
2) Que tampoco puedan realizar más rápido los ordenadores, y
3) Que satisfaga los deseos de trascendencia de una época marcada en el mundo desarrollado por la abundancia (el exceso). Pink ha designado como "la triple A" estos tres demonios: Asia, automatización y abundancia. Así, en un mercado del exceso, hay que proponer emoción, actitud, sentido, trascendencia, estilo, más que mera eficiencia.